Autor Nelson Darío Roldán López Diseñador Instruccional, FUCN
Resumen. Hoy es preciso pensar la nueva universidad que es también la universidad del futuro. La nueva universidad es aquella que forme al ser humano sin desplazarlo desde su contexto cultural. Los países emergentes presentan hoy una conciencia colectiva consecuente con la necesidad de formación y educación como aportes a la construcción de tejido social, a la calidad de vida y a la construcción de país. Esta universidad del futuro funciona actualmente y se fortalece con su presente; se construye en el código binario y llega a todas partes a través de las modernas redes telemáticas. La universidad del futuro es la universidad virtual como alternativa educativa y empresa de gestión del conocimiento con pertinencia local y con trascendencia global. Palabras y expresiones clave INTRODUCCIÓN Muchos de aquellos que hoy imparten enseñanza en aulas e instituciones, recordarán que también fueron estudiantes vestidos de uniforme colegial, de abrumadoras tareas y trabajos textuales que nada enseñaban. Quizás, recordarán también que sufrieron en carne propia aquella máxima sentenciosa de que "la letra con sangre entra"; y que dicha práctica flagelante deja hoy un mal recuerdo y una promesa ética y profesional que esa experiencia sádica no la sufrirán sus hijos y los estudiantes que hoy asisten a clases. La educación ha tenido que cambiar porque el mundo cambia constantemente. Sin embargo, esta evolución no ha sido fruto de la voluntad espontánea de los académicos, sino de las exigencias contemporáneas. Se infiere, así, la resistencia y rezago de algunos sectores de la educación que prefirieron la ortodoxia decimonónica, a la realidad palpable y pujante del mundo. Hoy, esos sectores aún suspiran nostálgicos los tiempos aquellos en que teñían con sangre la letra que enseñaban; se resisten al cambio y son cambiados por el sistema, por sus propios anacronismos. Este marco introductorio es el pretexto para entender los paradigmas sobre los cuales se han edificado la educación del siglo XXI y para comprender los nuevos contextos en que se sustenta la universidad en la Sociedad de la Información. La constante universal en materia de educación superior es atender la gran demanda de personas que precisan formación profesional integral. Por eso, las universidades deben ser "universidades abiertas", "debido a la ampliación y extensión de actividades universitarias, el número de estudiantes se incrementará considerablemente y no será posible atenderlos con los sistemas tradicionales de enseñanza en los actuales campus" (Petters, 1999).
1. DE LA ISLA A LA ALDEA GLOBAL La victoria de la razón sobre la fe, la Ilustración, el Renacimiento, los movimientos sociales y revolucionarios en Europa, la era de la industrialización, entre otros, configuraron el mapa del mundo occidental hacia el camino de la Modernidad. Esos hitos no significaron que las cosas terminaran ahí. Por el contrario, sirvieron de base para industrializar y tecnificar dos guerras mundiales; para la conquista del átomo, y para llevar al primer humano a la luna en 1969, entre otros logros humanos. Y de continuar con esta lista, se llegaría a las puertas del siglo XXI cuando el mundo es presa de su vertiginosa tecnología que cambia la visión del mundo y vuelve trizas los conceptos de tiempo y distancia. En 100 años el mundo avanzó mucho más que el equivalente a dos mil años de historia. (Antonelli, 1996). En concreto, en una centuria el planeta pasó de la isla a la aldea global de la que hablara McLuhan en la década de los años sesenta. Se infiere hasta aquí, que todo el progreso de la humanidad se debe al conocimiento. Una acepción de diccionario define la palabra conocimiento como "noción, ciencia, sabiduría". Pero este conocimiento no es fruto de la casualidad, sino del pensamiento organizado del hombre, de procesos elaborados, cuyos cimientos son propiedad de la educación. Este es un tiempo en el que se trata "principalmente con la separación de tiempo y el espacio y la creación de nuevos mecanismos para permitir la adquisición reflexiva del conocimiento" (Giddens, 1995). Así las cosas, el escenario natural en la producción del conocimiento es reclamado históricamente por la universidad, por la investigación que han enriquecido la ciencia con nuevos aportes y descubrimientos que aún no terminan por sorprender la condición humana.
Educar es el acto de "dirigir, encaminar, doctrinar. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales (…) por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos" (Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Espasa Editorial, XXI Edición, Madrid, España, 2001). De acuerdo con las definiciones anteriores y realizando una mezcla de estos dos conceptos podría se podría colegir: en los edificios desde donde funciona la universidad, se educa, se forma, se instruye. Quien aún apueste a este modelo de universidad con el convencimiento de que es la única manera de adquirir conocimientos, se arriesga a desconocer otras realidades, otra universidad que no tiene edificios de ladrillos y que también enseña, educa e imparte conocimiento. Ese alguien debería saber que hoy los "actos de enseñanza y aprendizaje se han salido de los contextos locales y se han dislocado" (Peters, 1999). La nueva universidad que precisa el siglo XXI debe ser local en su aplicación y global en su gestión de producción de conocimiento. 3. LA UNIVERSIDAD DE HOY, LA UNIVERSIDAD DEL FUTURO…LA UNIVERSIDAD QUE INVESTIGA Ha llegado el momento, entonces, de hablar de una nueva universidad contextualizada con el entorno de los estudiosos (docentes y estudiantes), con el mundo. Una nueva universidad pertinente donde la investigación sea el eje transversal de su agenda curricular como proveedora y gestora de conocimiento que se renueva continuamente. Esa nueva universidad debe dar cabida a Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación, NTIC, como medios efectivos y dinámicos para trasegar fronteras y enriquecer el conocimiento renovado que precisa el mundo. Se sabe que las NTIC permiten el acceso de la información y conceptualización necesarias para comprender los cambios vertiginosos del mundo actual; asimismo, esos flujos de información se ponen al servicio de la investigación formativa. De acuerdo con lo anterior, la universidad virtual cumple, pues, con los criterios propuestos para la nueva universidad.
Este es el escenario real de la nueva universidad, de la universidad del futuro que "en conjunto (…) tendrá que ser el resultado de un proceso fundamental de transformación en el cual ella cambia a una universidad que permite el autoestudio en todas sus formas, orientado hacia el proceso de investigación que lo soporta y que al final, lo constituye en el fundamento de su currículo y de su enseñanza. Una estricta orientación hacia la investigación se debe, de hecho suponer para las tres formas de aprendizaje." (Peters, 1999). Es este el momento preciso en el que cabe insertar la investigación científica e interinstitucional (Tamayo y Tamayo,) de la nueva universidad para solucionar problemas complejos que afectan hoy las comunidades a las personas (Aristizábal-Vallejo, 2002). Esas soluciones precisan el concurso de diversas disciplinas con sus saberes específicos puestos al servicio de la ciencia, del aprendizaje y experiencia interdisciplinaria. (Muravchik, 2001) BIBLIOGRAFÍA ANTONELLI, Giuseppe. Historia de Roma antigua. Bogotá: Norma,1996. Volver… |